Una de las ventajas de trabajar en algo que te gusta es que alguna que otra vez puedes trabajar y disfrutar al mismo tiempo, como me ha ocurrido este fin de semana.
He sido invitado a visitar la Ribera del Duero, con un grupito de profesionales del sector por Vila Viniteca, gracias ante todo…
Nos alojaron en un lugar con mucho encanto a los pies del rio Duero, Fuente la Aceña donde cenamos muy bien la primera noche en su restaurant (que por cierto posee un Sol Repsol) el único pero es que el café del desayuno no sea express… (¿Cómo es posible que todavía los hoteles no sirvan un café en condiciones?, ¿tan difícil es poner una máquina Nespresso?)
Empezamos nuestro viaje visitando Quinta Sardonia, primero nos enseñaron una viña donde se podían apreciar perfectamente los diferentes suelos que se pueden encontrar, pasamos después a la bodega donde probamos sus 2 vinos actuales y sus dos futuros vinos.
El día clave fue el lunes donde tuvimos una agenda apretada, 3 bodegas en un día, que empezó muy tempranito visitando la bodega Alonso del Yerro, donde Maria del Yerro, una anfitriona ideal, nos recibió como a cualquiera le gusta que le reciban, probamos sus vinos de Ribera y su proyecto en Toro, muy buenos vinos hechos desde la pasión por el mundo de los vinos.
Después nos esperaba Javier Zacanini en Aalto donde nos enseño su bodega pensada para elaborar vinos de calidad donde también pudimos catar su Aalto y su Aalto PS con la posibilidad de probar diferentes fincas. Un autentico lujo,
Comida de rigor, (espárragos, ensalada, chuletillas y asado) en Zurita. Para después de comer ir hasta Vizcarra donde nos esperaba Juan Carlos Vizcarra, una persona sencilla, humilde, clara, generosa y muy humana. Primero hemos visto como hacían la poda en verde para después visitar la bodega y empezar un festival de vinos que solo de pensarlo me da vértigo, lo hemos probado todo, (bueno todo, no ya que es imposible), pero sus vinos en barrica, sus vinos especiales y también los mas comerciales, para después pasar a la bodega familiar, escavada en la piedra donde Juan Carlos guarda cada año 100 botellas de cada uno de sus vinos para ocasiones como esta, además parte de su bodega particular. Ahí nos hemos hecho acopio de agunas añadas antiguas, impresionante el Celia 2005, e incluso un par de Borgoñas que ya, de paso JC, nos ha regalado, Gracias y chapeau!!!! Ah, y un dulce, una prueba del año 2000 muy interesante. Una vez de regreso a la bodega, han venido su mujer y sus hijas y ahí ha empezado otro festival de vinos y comida, chuletillas, jamón ibérico, morcilla, ensalada, queso con membrillo y un sinfín de botellas que han corrido como el agua. No os digo el numero de botellas ya que me da hasta vergüenza.
El martes por la mañana hemos visitado Pingus, donde nos ha atentido Patricia, una joven enóloga sureña (Jerez) que comparte con Peter Sisseck el apasionante proyecto de Pingus y de PSI, una bodega también hecha para exclusivamente para elaboración de vinos de calidad. Probamos las 2 añadas de Pingus, Flor de PIngus y PSI 2009 y 2010. Vinos de altura, y de recorrido, vinos para disfrutarlos despacio. Muy buenos vinos, al que no vimos (aunque estaba en la bodega) fue a Peter Sisseck, y aunque no se le echó de menos me sorprendió que no apareciera por ahí… en fin…
Y poco má,s tras una comida para salir del paso escogiendo un poco al tun tun, sin saber, y donde te das cuenta de lo mal que se pueden hacer las cosas en un restaurante… servicio, trato, pocas ganas, etc… de vuelta al aeropuerto hacia Barcelona, donde me encuentro ahora mismo escribiendo esto en el portátil.
Reconozco que la Ribera era una zona que desconocía bastante y me ha sorprendido la diversidad de suelo que podemos encontrar en una misma viña. Me ha parecido como una fusión entre Borgoña y Burdeos, una zona donde se podrían hacer microvinificaciones, y que en cambio rara vez produce mas de dos vinos. O sea como si en Borgoña se hiciesen Burdeos, (pido perdón si alguien entiende que esto es una estupidez…).
Gracias a Quim Vila por la invitación a Jordi Solé por el trato y encantado de la vida, cuando queráis me podeis volver a invitar…
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